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Marzismo

 

Chile es, fue y será un país marzista, nadie puede negarlo. Esta preocupante característica se dio en la educación desde la época en que la enseñanza se dividía en "Preparatoria" y en "Humanidades".

Era frecuente que a quienes no lograran sortear con éxito ciertas asignaturas, se les diera una tercera oportunidad, dejándolos pendientes. "Quedé para marzo", se decía entonces, y el duro de cráneo posponía de ese modo la reprobación familiar­ —la peor de todas—, pero se veía sometido a un infierno veraniego, en que veía avanzar inexorablemente enero y febrero, mientras los libros y cuadernos de la asignatura acumulaban polvo y maldiciones.

También "quedar para marzo" otorgaba un status extraño e inexplicable, un cierto respeto inmerecido. Quien reprobaba de inmediato —aparte de demostrar que tenía un cráneo blindado se ganaba unas vacaciones largas y tranquilas, e incluso antes de tiempo, pues se le "eliminaba" por ahí por octubre; quien quedaba para marzo, se hacía merecedor de respeto y atenciones, pero era dominado por las tensiones.

De ese modo —poco a poco— el cáncer marzista se fue apoderando del cuerpo social. Había gente que ponía todas sus esperanzas en marzo, lo que los transformaba en marzistas acérrimos, partidarios de la lucha de clases, porque si no luchaban en marzo, no podían seguir asistiendo a clases.

Dentro de este cuadro, la enseñanza preparatoria ponía sobre la mesa ciertas interrogantes. Preparatoria de qué, para qué. La respuesta era: "para ingresar a Primer Año de Humanidades", lo que no dejaba de tener trascendencia. Y cuando el espécimen lograba cursar el Sexto Año de Humanidades, se generaba un acontecimiento digno de ser publicitado en letras de molde —escritas con linotipia-— para las páginas de los diarios de entonces.

Todos estos son recuerdos vagos, pues yo estaba en sexto de "preparatoria", listo para pasar a Primer Año de Humanidades, cuando se me dijo: "No, tú estás en sexto básico y serás promovido a séptimo básico. Cuando apruebes el octavo año básico, serás promovido a primero de Enseñanza Media. Dicha enseñanza será de cuatro años.

Aun cuando yo era un niño, no me tomó mucho tiempo determinar que tales denominaciones eran también desafortunadas, pero se ajustaban transversalmente a la realidad: la Enseñanza Básica, era medianamente básica y la enseñanza media , era básicamente mediana.

Desapareció entonces la prueba de marzo, y apareció la prueba Global de final de año, destinada a medir cuán globalmente ignorante se mantenía uno. Pero el marzismo ya había calado profundo y los nostálgicos se las arreglaban con métodos diversos para que —de algún modo—, se les aplicara esa doctrina, aun cuando no fuera estrictamente en marzo.

Vino luego la prueba de Aptitud Académica y someterse a ella ya era aceptar que estaba en entredicho la aptitud propia, y que había que demostrar toda la paciencia de uno, eligiendo una alternativa de entre cinco.

El sistema ha posibilitado que un alto porcentaje de individuos de cráneo blindado, pero con poderes de adivinación, tenga título de algo. Eso no es malo, pues disminuye los problemas de financiamiento de la educación superior. Afirmamos que Chile es un país marzista, por cuanto la educación, y todo lo que gira en torno a ella, se concentra en marzo, y siendo la educación la base de todo, es claro que somos marzistas.

Colegios privados, universidades privadas, profesores privados, transportistas privados se mueven en torno a marzo. No está de más señalar que la palabra "privado", aparte de ser sinónimo de "particular", significa "carente de". Por lo tanto, a todo lo privado que sale a relucir en marzo, debería preguntársele "¿privado de qué?", aunque tal pregunta suene demasiado marzista.

A este respecto, es sorprendente que algunas universidades se autopubliciten como "universidades", cuando carecen de local, de profesores, de biblioteca, de planes de estudio y otras cosas afines. Aclaremos que esas universidades no eran marzistas, porque para ser marzistas, hay que estar preparado a enfrentar el mes de marzo. Y ellas no lo estaban.

Todos los nacidos en marzo están condenados de por vida a ser marzistas y, en consecuencia, a ser mirados en forma sospechosa por quienes no lo son. Las mujeres celebran su día el 8 de marzo. El dato es preocupante, porque, al elegir esta fecha, la población femenina —mayoritaria en el país— está demostrando que es intrínsecamente marzista, aunque no perversa.

En el gobierno militar, se infiltró mucho marzista. Recordemos que antiguamente los presidentes de la república asumían en el mes de noviembre. De acuerdo con la constitución política de los 80, los presidentes ahora asumen en marzo. Aylwin, Frei y Lagos son marzistas por obra y gracia del gobierno militar.

La situación puede tensionarse si el próximo presidente es Joaquín Lavín: pasará a la historia como el primer presidente marzista de derecha, lo que pondrá de cabeza a los analistas políticos de todo el mundo. A los empresarios turísticos, el marzismo les pone pelos de erizo, por cuanto ellos adhieren fundamentalmente al enerismo y al febrerismo.

Por eso, este año harán un cónclave para unificar criterios y presentar un plan conjunto, de manera de evitar que el marzismo siga ganando espacios insospechados: en efecto, en gran cantidad de colegios del país y la región, marzo comenzó en febrero.

Y está claro que los eneristas y febreristas combatirán estas infiltraciones usando todas las formas de lucha, porque no están dispuestos a que quienes hacen turismo en la zona huyan de pronto despavoridos ante la amenaza marzista.

 

(Publicado en: Archivos Secretos Ele / 2024 / Polígono Edficiones / © Jorge Loncón)